viernes, 11 de febrero de 2011

Cuadernos Ex Libris

El juego empieza cuando abrís la tapa y te encontrás con una página en blanco. Pero no le tenés miedo porque la tapa dura forrada en tela ya fue inspiradora. Suave al tacto, linda por donde la mires y con ese aire cálido que le da instantáneamente el estar hecho a mano. Todos esos detalles te llevan a reflexionar que un cuaderno es mucho más que un cuaderno, es un compañero incondicional. Es ese que te va a esperar sin apurarte, que va a estar dispuesto cuando te inspires y que te va a escuchar cuando le cuentes tus cosas, sin revelar nada a nadie. Eso es lo que nos gusta tanto de un cuaderno, y por supuesto quisimos darle un lugar especial en la Tienda. Hoy les presentamos a Cuadernos Ex Libris



Ana, la creadora de tanta belleza condensada en papel, nos contó su historia de una forma tan fresca, bien escrita y especial que nos pareció imposible recortar su relato. Los invitamos a ponerse cómodos y a leerla sin apuro, como su cuadernos los esperaría hasta que aparezcan sus musas…


 

Empezar a rumbear por el mundo de la encuadernación fue una decisión casi involuntaria e inconsciente, como todas aquellas que realmente delimitan algo, señalan un quiebre. Luego de pasar muchos años sumergida entre apuntes de la facultad y papeles y aparatos de diverso tipo y sustancia en varios trabajos, donde lo que hacía, digamos lo que producía, no tenía existencia material, no era tangible, no se palpaba ni se veía, me invadieron unas ganas sutiles pero de fuerte estampa de comenzar a hacer algo a la vieja usanza, es decir, algo con las manos. Algo que cobrara existencia en el segundo último de su producción, algo que al finalizarlo cobrara una vida aparte, única y diferente a la de sus ingredientes primeros. Algo que yo hubiese labrado artesanalmente, lejos de monitores y prisas. 




Mi gusto por los libros avanza hasta el fetichismo, sus hojas, la textura, el olor, y como sentarme a escribir me cuesta tanto decidí comenzar por el principio y aprender a elaborar un libro que algún día será escrito. Así realicé un curso de encuadernación y me fui enterando un poco y de a poco cuestiones ligadas a las fibras, los hilos, las costuras y demases. Los primeros cuadernos, los realizados en el curso, quedaron bien, pero podían quedar mejor, como siempre. Entonces comencé a coser cuadernos, inundé a amigos de cuadernos a ser llenados, y así, de a poco comencé a pensar la posibilidad de hacer de esto, además de un placer infinito y un contacto conmigo desde otro lugar, un medio para, como dice un amigo, pagar los fideos. Sin nada de experiencia en negocios, marcas y cuestiones comerciales, comencé tímidamente a jugar con telas en las tapas, con diseños sencillos y que yo disfrutara. Los colores y texturas son los que me permiten jugar con los diseños de tapas, de guardas y de interiores de cuadernos que, si bien suelen ser de hojas lisas, quizás se entremezcle en alguna cocción algún retazo de hoja impresa, unos dibujos o simplemente un serpenteante señalador. 




Me gustan las telas y los papeles, cada uno con sus cualidades me ofrecen varias y posibles formas de jugar con ellos. Algunas telas vienen por encargos, otras salen de armarios viejos, de viejas prendas o simplemente retazos donados por amigos de la casa, hay papeles que salieron de ferias, de viejas publicaciones, de amigos artistas, pintados y algunos hasta hechos -tímida y novatamente- por mí. Y qué mejor efecto secundario que comenzar a navegar otras aguas, las de las técnicas del papel hecho a mano, reciclado, las de la pintura para embellecer las guardas y otras que aun esperan guardadas en un cajón.
La mayoría de quienes adquieren mis cuadernos son tan o más fetichistas que yo, lo cual me llena de alegría y de alivio. Por suerte aun quedan muchos allí afuera que gustan de escribir, de pegar figurines, de dibujar o simplemente de contemplar una hoja en blanco. Esos que miran las costuras, que prefieren la suavidad del hilo a la gomosidad de la cola. 


Con el nombre hay un pequeño problema, no sé si llamarlo problema, pero ya dije la palabra 'problema' y ahora sí es un problema: "Ex Libris es una locución latina que significa "de entre los libros de". Es decir, 'libro que procede de entre los libros de una biblioteca de...'. Un ex libris es una marca de propiedad. Una estampa, etiqueta o sello del dueño del ejemplar o de la biblioteca propietaria." No soy ferviente admiradora de la propiedad privada y eso es lo que constituye el problema, la elección del nombre no es proporcional a mi aprecio por la propiedad. Sin embargo, me sedujo la idea de marca, de sello, no para señalar que lo mío es mío y no es tuyo, sino que lo mío es mío y también tuyo, la estampa la pongo yo pero el libro -o el cuaderno- lo escribís vos, lo dibujás vos. 


Y lo que más disfruto es saber que cada cuaderno es único, es una creación azarosa, errática y aurática.



Un placer conocer la esencia detrás de tantos hermosos cuadernos que esperan pacientes sobre el mostrador de la Tienda a que un alma con ganas de contar su historia venga y se lo lleve a casa.  


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué divinos estos cuadernos! La historia de Ana es muy linda, yo estuve pensando en largarme sola y veo que cada vez es más posible :)

Besos y felicitaciones por el blog
Ingrid.

vero mariani dijo...

muy lindos, y re linda historia!!!

besooooooooooooooo

Mano dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada en tu blog y los cuadernos, son preciosisimos.
Yo tmb estoy empezando timidamente a encuadernar,pero en el pueblo donde vivo no encuentro los libretos para hacer los libros...¿tu como los haces si no los compras, como encolas?
Muchas gracias de antemano

Tienda del Boulevard dijo...

Muchas gracias chicos por sus comentarios, nos alegra que les haya gustado el post y los cuadernos de Ana!

Mano, podés contactarte directamente con ella para consultarle a este mail: cuadernosexlibris@gmail.com. Mucha suerte con tu emprendimiento!

Besos!

mano dijo...

Muchas gracias Tienda del Boulevard por responderme.
Ya envie mail....
Gracias.